• A M...[1]

    Tu traición justifica mi falsía
    aunque lo niegues con tu voz de arrullo;
    mi amor era muy grande, pero había
    algo más grande que mi amor, mi orgullo.

    Calla, pues. Ocultemos nuestro duelo,
    la queja es infecunda y nada alcanza;
    agonicemos contemplando el cielo
    ya...