• Jerezanas, paisanas,
    institutrices de mi corazón,
    buenas mujeres y buenas cristianas...

    Os retrató la señora que dijo:
    "Cuando busque mi hijo
    a su media naranja,
    lo mandaré vendado hasta Jerez."
    Porque jugando a la gallina ciega
    con vosotras, el jugador
    atrapa una alma linda y una púdica tez.

    Jerezanas,
    os debo mis virtudes...