• A la cálida vida que transcurre canora
    con garbo de mujer sin letras ni antifaces,
    a la invicta belleza que salva y que enamora,
    responde, en la embriaguez de la encantada hora,
    un encono de hormigas en mis venas voraces.

    Fustigan el desmán del perenne hormigueo
    el pozo del silencio y el enjambre del ruido,
    la harina rebanada como doble trofeo
    ...