• ¡Oh la saeta, el cantar
    al Cristo de los gitanos,
    siempre con sangre en las manos
    siempre por desenclavar!
    ¡Cantar del pueblo andaluz
    que todas las primaveras
    anda pidiendo escaleras
    para subir a la cruz!
    ¡Cantar de la tierra mía,
    que echa flores
    al Jesús de la agonía,
    y es la fe de mis mayores!
    ¡Oh, no eres tú mi cantar!...