• Y nada importa ya que el vino de oro
    rebose de tu copa cristalina,
    o el agrio zumo enturbie el puro vaso...
    Tú sabes las secretas galerías
    del alma, los caminos de los sueños,
    y la tarde tranquila
    donde van a morir... Allí te aguardan
    las hadas silenciosas de la vida,
    y hacia un jardín de eterna primavera
    te llevarán un día.