• Esta mañana bajé
    a las piedras, oh las piedras!
    Y motivé y troquelé
    un pugilato de piedras.

    Madre nuestra, si mis pasos
    en el mundo hacen dolor,
    es que son los fogonazos
    de un absurdo amanecer.

    Las piedras no ofenden; nada
    codician. Tan sólo piden
    amor a todos, y piden
    amor aun a la Nada.

    Y si algunas. de ellas se...