• Como horribles batracios a la atmósfera,
    suben visajes lúgubres al labio.
    Por el Sahara azul de la Substancia
    camina un verso gris, un dromedario.

    Fosforece un mohín de sueños crueles.
    Y el ciego que murió lleno de voces
    de nieve. Y madrugar, poeta, nómada,
    al crudísimo día de ser hombre.

    Las Horas van febriles, y en los ángulos
    abortan...