• Señor, ved nuestras almas, en sus duros encierros
    donde no hacen la luz vagas filosofías,
    vírgenes arrojadas desnudas a los perros
    cuando apenas se encienden las rosas de sus días.

    En vano no hemos buscado, por diversos caminos,
    la ruta azul que lleva a la ideal Bizancio...
    Y hoy vamos hacia el puerto de tus brazos divinos,
    pobres de voluntad y...