• Cuando a su nido vuela el ave pasajera
    a quien amparo disteis, abrigo y amistad
    es justo que os dirija su cántiga postrera,
    antes que triste deje, vuestra natal ciudad.

    Al pájaro viajero que abandonó su nido
    le disteis un abrigo, calmando su inquietud;
    ¡oh! tantos beneficios, jamás daré al olvido
    durable cual mi vida será mi gratitud.

    En prueba...