• Dices que tienes corazón y sólo
    lo dices porque sientes sus latidos.
    Eso no es corazón...; es una máquina
    que al compás que se mueve hace ruido.


    ...
  • Fingiendo realidades
    con sombra vana,
    delante del Deseo
    va la Esperanza.
    Y sus mentiras
    como el Fénix renacen
    de sus cenizas.


    ...
  • Flores tronchadas, marchitas hojas
    arrastra el viento;
    en los espacios tristes gemidos
    repite el eco.

    ................................

    Entre las nieblas de lo pasado,
    en las regiones del pensamiento,
    gemidos tristes, marchitas galas
    son mis recuerdos.


    ...
  • Una mujer me ha envenenado el alma
    otra mujer me ha envenenado el cuerpo;
    ninguna de las dos vino a buscarme,
    yo, de ninguna de las dos me quejo.

    Como el mundo es redondo, el mundo rueda.
    Si mañana, rodando, este veneno
    envenena a su vez, ¿porqué acusarme?
    ¿Puedo dar más de lo que a mí me dieron?


    ...

  • Es el alba una sombra
    de tu sonrisa,
    y un rayo de tus ojos
    la luz del día;
    pero tu alma
    es la noche de invierno
    negra y helada.


    ...
  • Errante por el mundo fui gritando:
    "La gloria, ¿dónde está?"
    Y una voz misteriosa contestóme:
    "Más allá..., más allá..."

    En pos de ella seguí por el camino
    que la voz me marcó.
    Hállela al fin, pero en aquel instante
    el humo se trocó.

    Mas el humo, formando denso velo,
    se empezó a remontar
    y, penetrando en la azulada esfera,
    ...

  • Negros fantasmas,
    nubes sombrías,
    huyen ante el destello
    de luz divina.
    Esa luz santa,
    niña de los ojos negros,
    es la esperanza.

    Al calor de sus rayos,
    mi fe gigante
    contra desdenes lucha
    sin amenguarse
    en este empeño
    es, si grande el martirio,
    mayor el premio.

    Y si aún muestras, esquiva,
    alma de...

  • Yo soy el rayo, la dulce brisa,
    lágrima ardiente, fresca sonrisa,
    flor peregrina, rama tronchada;
    yo soy quien vibra, flecha acerada.

    Hay en mi esencia, como en las flores
    de mil perfumes, suaves vapores,
    y su fragancia fascinadora,
    trastorna el alma de quien adora.
    Yo mis aromas doquier prodigo
    ya el más horrible dolor mitigo,
    y en...

  • ¿No has sentido en la noche,
    cuando reina la sombra
    una voz apagada que canta
    y una inmensa tristeza que llora?

    ¿No sentiste en tu oído de virgen
    las silentes y trágicas notas
    que mis dedos de muerto arrancaban
    a la lira rota?

    ¿No sentiste una lágrima mía
    deslizarse en tu boca,
    ni sentiste mi mano de nieve
    estrechar a la...

  • Yo me acogí, como perdido nauta,
    a una mujer, para pedirle amor,
    y fue su amor cansancio a mis sentidos,
    hielo a mi corazón.

    Y quedé, de mi vida en la carrera,
    que un mundo de esperanza ayer pobló,
    como queda un viandante en el desierto:
    ¡A solas con Dios!


    ...