• ¿Qué castaña madeja, negra, o de oro,
    loor merece de tan rica y luenga,
    que justa envidia a tu beldad no tenga,
    cabellera feliz de la que adoro?
    Ya desatada caigas, y el pequeño
    pie besando a tu dueño,
    toda la cubras como regio manto,
    y tu dorada seda que envilece
    la que el gusano artífice nos hila
    el aura desordene juguetona;
    ora su...