Como un niño Jesús, allá en tu infancia,
dormías junto á mí,
y á perturbar tu sueño no alcanzaba
el cántico del ave en el jardín;
y sobre tí sus alas á los ángeles
los sentía batir,
y yo sobre tu almohada deshojaba
claver, rosa, jazmín;
y lágrimas mojaban mis mejillas
en la noche, al pensar, del porvenir.
Ya llegará mi noche, vida mía...
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¡Hablad! ¡hablad, cadáveres!
Decidme ¿quienes son
los asesinos pérfidos
que así el puñal feroz
en vuestro seno mísero
hundieron á traición?
¿Quién eres tú? respóndeme
¿Tu nombre? —Religión.
—¿Y tu asesino? —El tímido
ministro del Señor.¿Y á ti que, en cálida sangre,
te agitas ¿quíén te hirió, quién?
¿cuál es tu nombre? —... -
No es de admirar que en cólera no estalle.
Si al trueno en vuestras manos falta vida
¿Qué mucho que de arriba abajo os mida
y os hiele mi perdón?
Bien castigados vais, que en vez de encono
pena inspiráis. osar contra un gigante,
y de él no merecer (¡es humillante!)
¡siquiera un bofetón!
Antes de que la injuria hasta mí llegue
y excite mi... -
El estanque y el hombre son semejantes:
sobre la superficie la calma se halla
con fulgores del cielo, limpios, brillantes;
y en el fondo, entre el cieno, se dan batalla
las pasiones, reptiles
sucias y viles. -
¡Joven! Espera, espera
en el mañana, y siempre en el mañana;
no abandones la fe del porvenir.
Y cada vez que, fúlgida y galana,
luzca la aurora en la celeste esfera
y el monte dore y transparente el valle
de pie, de pie nos halle
á la plegaria prontos, cual Dios á bendecir.¡Pobre joven! El amargo
sentimiento que en tí noto
es el... -
Furiosa tempestad se desataba
cuando, de pieles rústicas vestido,
Caín con su familia caminaba
huyendo á la justicia de Jehovah.
La noche iba á caer. Lenta la marcha
al pie de una colina detuvieron,
y á aquel hombre fatídico dijeron
sus tristes hijos: -descansemos ya.Duermen todos excepto el fratricida
que, alzando su mirada sobre el... -
Estúpida Penélope, de sangre bebedora,
que arrastras á los hombres con rabia embriagadora
á la matanza loca, terrífica, fatal,
¿de qué sirves? ¡oh guerra! si tras desdicha tanta
destruyes un tirano y un nuevo se levanta,
y á lo bestial, por siempre, reemplaza lo bestial? -
Quienquiera que fueres, óyeme:
Si con ávidas miradas
Nunca tú á la luz del Véspero
Has seguido las pisadas,
El andar suave y rítmico
De una celeste visión;
O tal vez un velo cándido,
Cual meteoro esplendente.
Que pasa, y en sombras fúnebres
Ocúltase de repente,
Dejando de luz... -
Es grande Lucifer en su caída
algo de apoteosis hay en ella.
En su inmensa catástrofe una huella
de vivísima luz puso el Señor.
Bonaparte cayó! Luces y nieblas
rodean su memoria soberana.
Queda la duda, en la conciencia humana,
sobre el mal que hacen los que grandes son.Cuando asciende un gigante á las alturas
imitarlo pretende hasta el...