Enciende tu lámpara, alma mía,
que la noche ha llegado
pensativa y sombría,
y al borde de la vida se ha sentado.
Tiene el rostro cansado y ruinoso,
fue largo el sendero recorrido;
Sendero pavoroso
que dejara el corazón estremecido
La mirada enturbiada,
huellas crispantes en las manos...
es que dejó sembrada
la muerte, en...