• Igual que el ballestero
    tahúr de la cantiga,
    tuviera una saeta el hombre ibero
    para el Señor que apedreó la espiga
    y malogró los frutos otoñales,
    y un "gloria a ti" para el Señor que grana
    centenos y trigales
    que el pan bendito le darán mañana.
    "Señor de la ruina
    adoro porque aguardo y porque temo:
    con mi oración se inclina...