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¿Vienes del cielo profundo o surges del abismo, Tú contienes en tu mirada el ocaso y la aurora; |
De este cielo extravagante y lívido, —Insaciablemente, ávido Cielos... |
Marchan ante mí, estos Ojos llenos de luces, Salvándome de toda trampa y de todo pecado grave, |
En las tierras cenicientas, calcinadas, sin verdor, |
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Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra, Tengo mi trono en el azar cual una esfinge incomprendida; |
¡Oh, vellón, rizándose hasta la nuca! ¡La lánguida Asia y la... |
Es amargo y dulce, durante las noches de invierno, Bienaventurada la campana de garganta vigorosa |
A Édouard Manet.
«Las ilusiones -me decía un amigo- son tan innumerables quizá como las relaciones de los hombres entre sí o de los hombres con las cosas.» Y cuando la ilusión desaparece, es decir, cuando vemos al ser o el hecho tal como existe fuera de... |
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La viejecilla arrugada sentíase llena de regocijo al ver a la linda criatura festejada por todos, a quien todos querían agradar; aquel lindo ser tan frágil como ella, viejecita, y como ella también sin dientes ni cabellos. Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables. ... |
Incesante a mi vera se agita el Demonio; A veces toma, sabiendo mi gran amor al Arte, |
