• Adiós, madre, adiós, esposa,
    hijos de mi vida, adiós;
    ¿Os volveré a ver? Lo sabe
    tan solamente el Señor.
    El corazón se me arranca,
    y sin vida y alma estoy,
    no por mí, más por vosotros,
    prendas de mi corazón.
    Mal haya la odiosa leva
    que, al blanco ilustre color
    respetando, prende solo
    a la triste sucesión
    de la gran gente...