• I

    Ayer me diste una flor,
    una flor a mí, señora,
    que no consagré una hora
    ni al más poderoso amor.
    ¿Flores a mí? ¡si es mejor!,
    en un páramo arrojarlas,
    o tú no sabes amarlas,
    o al sentir mi pecho yerto,
    sobre la tumba de un muerto,
    has querido abandonarlas.

    II
    ...