¿Qué dragones, qué tarascas en alcázares dorados
te custodian, ¡oh! princesa de mis sueños...
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¿Imaginas acaso la amargura
que hay en no convivir
los episodios de tu vida pura?Me está vedado conseguir que el viento
y la llovizna sean comedidos
con tu pelo castaño.
Me está vedado oír en los latidos
de tu paciente corazón (sagrario
de dolor y clemencia)
la fórmula escondida
de mi propia existencia.Me está vedado,...