¡Joven! Espera, espera
en el mañana, y siempre en el mañana;
no abandones la fe del porvenir.
Y cada vez que, fúlgida y galana,
luzca la aurora en la celeste esfera
y el monte dore y transparente el valle
de pie, de pie nos halle
á la plegaria prontos, cual Dios á bendecir.
¡Pobre joven! El amargo
sentimiento que en tí noto
es el...