• Vuestro nombre no sé, ni vuestro rostro
    conozco yo, y os imagino blanca,
    débil como los brotes iniciales,
    pequeña, dulce... Ya ni sé... Divina,
    en vuestros ojos, placidez de lago
    que se abandona al sol y dulcemente
    le absorbe su oro mientras todo calla.
    Y vuestras manos, finas, como aqueste
    dolor, el mío, que se alarga, se alarga,
    y...