• Con voladora pluma que no cesa,
    y ardiente estilo que las almas doma,
    la divina Teresa
    los conceptos altísimos expresa
    que le dicta la célica Paloma.
    Y sobre los sublimes inflamados
    renglones, suspendidos tras la silla,
    dos ángeles callados
    inclínanse curiosos a ambos lados,
    leyendo con placer y maravilla.
    Y, cual de aplauso y de...