• ¡O locura mundana, que te admiras
    quando en estatua al Santo Bruno miras,
    y vanamente tu saber se apura
    por imitar en algo la escultura!

    ¿Por que, por que no acudes
    á ver del prototipo las virtudes,
    y con ellas te incitas
    á seguir sus pisadas, y le imitas?

  • ¡Madre Locura! Quiero ponerme tus caretas.
    Quiero en tus cascabeles beber la incoherencia,
    y al son de las sonajas y de las panderetas
    frivolizar la vida con divina inconsciencia.

    ¡Madre Locura! Dame la sardónica gracia
    de las peroraciones y las palabras rotas.
    Tus hijos pertenecen a la alta aristocracia
    de la risa que llora, danzando alegres jotas....