• Encima
    de la azucena esquinada
    que orna la cadavérica almohada;
    encima
    del soltero dolor empedernido
    de yacer como imberbe congregante
    mientras los gatos erizan el ruido
    y forjan una patria espeluznante;
    encima
    del apetito nunca satisfecho,
    de la cal
    que demacró las conciencias livianas,
    y del desencanto...