• Cuando se haga en ti la sombra;
    cuando apagues tus estrellas;
    cuando abismes en el fango más hediondo, más infecto,
    más maligno, más innoble, más macabro,-más de muerte,
    más de bestia, más de cárcel,-
    tu divina majestad:
    no has caído todavía,
    no has rodado a lo más hondo…
    si en la cueva de tu pecho, más ignara, más remota,
    más...

  • Giró el genio en derredor
    después de pisar la cumbre;
    y una fantástica lumbre
    llenó a la sombra de horror:
    y un gemebundo clamor
    taladró la inmensidad,
    y se hundió la humanidad
    sobre su propio esqueleto;
    y reveló su secreto
    más hondo la eternidad.

    Siniestra, cárdena lumbre
    bañó la faz del calvario,
    cual un...

  • Le aserraron el cráneo;
    le estrujaron los sesos,
    y el corazón ya frío
    le arrancaron del pecho.
    Todo lo examinaron
    los oficiales médicos
    mas no hallaron la causa
    de la muerte de Pedro;
    de aquel soñador pálido
    que escribió tantos versos,
    como el espacio azules
    y como el mar acerbos.
    ¡Oíd! Cuando yo muera,
    ...

  • Si con la masa doliente
    de mi corazón herido
    pudiese hacer un tejido
    perfumado y transparente,
    yo lo hiciera diligente,
    y aunque hacerlo me matara,
    para que usted fabricara
    un abanico chinesco,
    para echarse grato fresco,
    para taparse la cara.

    Mas como no puede ser
    por más que yo lo quisiera,
    mas como si yo pudiera
    ...

  • I

    Ayer me diste una flor,
    una flor a mí, señora,
    que no consagré una hora
    ni al más poderoso amor.
    ¿Flores a mí? ¡si es mejor!,
    en un páramo arrojarlas,
    o tú no sabes amarlas,
    o al sentir mi pecho yerto,
    sobre la tumba de un muerto,
    has querido abandonarlas.

    II
    ...
  • I

    La montaña que tiembla, porque siento
    germen de cataclismo en sus entrañas;
    el huracán que gemebundo emigra
    quién sabe a qué región y qué distancia;
    el mar que ruge protestando airado
    de la ley del nivel que lo avasalla;
    los mundos del sistema -¡tristes mundos!-
    que al sol de Dios obedeciendo pasan
    como...

  • Dedica a su Hermana Carmen

    I

    Como la lluvia copiosa sobre el suelo,
    como rayo de sol sobre la planta,
    como cota de acero sobre el pecho,
    como noble palabra sobre el alma,
    para los hijos
    de tus entrañas
    debe ser tu cariño hermana mía
    riego, calor, consolación y gracia.

    II...
  • Ayer te vi... No estabas bajo el techo
    de tu tranquilo hogar
    ni doblando la frente arrodillada
    delante del altar,
    ni reclinando la gentil cabeza
    sobre el augusto pecho maternal.
    Te vi...si ayer no te siguió mi sombra
    en el aire, en el sol,
    es que la maldición de los amantes
    no la recibe Dios,
    o acaso el que me roba tus...

  • La tarde es lluviosa; del ramaje
    penden como harapos destrozados,
    los nidos de las aves enlutados
    como el pálido verde del follaje.
    Solo y silencioso aquel boscaje
    de plumeros verdosos y mojados,
    de áspides, de prados desolados,
    parece un escuálido paisaje.
    Donde se encierra la grandeza humana
    con todos sus achaques y certezas,...

  • Me pides versos y quiero,
    sin pomerme ni quitarme,
    para tu bien demostrarme
    tal como soy, todo entero.
    Pues conjeturo y espero
    que la faz de Dios al ver,
    comenzarás a romper
    el camarín encantado
    donde le tiene guardado
    tu corazón de mujer.

    I

    Yo soy el negro pinar,
    cuyo colosal ramaje,
    cual un colosal cordaje
    ...