• Octavas dedicadas a mi distinguido amigo monseñor Pedro García y Sanz

    ¡Viviente enigma que, a ti mismo opuesto,
    con lazo que la mente desespera,
    eres extraño sin igual compuesto
    de cielo y lodo, de deidad y fiera!
    Te desprecio tal vez y te detesto,
    y aras tal vez mi asombro te erigiera,
    que eres a un tiempo, misterioso y doble,
    vil como...