• I

    Llega, y con tono magistral y grave
    de la palabra al punto se apodera,
    y empieza a disertar sobre cualquiera
    materia, porque todas se las sabe.
    No habla más largo ni seguido el ave
    que nuestro idioma imita vocinglera;
    y aunque su voz apague la ronquera,
    ni remota esperanza hay de que acabe.
    Crece en tanto el fastidio, el tiempo...