• En la clave del arco ruinoso
    cuyas piedras el tiempo enrojeció,
    obra de un cincel rudo campeaba
    el gótico blasón.

    Penacho de su yelmo de granito,
    la yedra que colgaba en derredor
    daba sombra al escudo en que una mano
    tenía un corazón.

    A contemplarle en la desierta plaza
    nos paramos los dos:
    Y, “ése, me dijo, es el cabal emblema...

  • Me ha herido recatándose en las sombras,
    sellando con un beso su traición.
    Los brazos me echó al cuello y por la espalda
    partióme a sangre fría el corazón.
    Y ella prosigue alegre su camino,
    feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
    Porque no brota sangre de la herida.
    Porque el muerto está en pie.


    ...
  • Yo me he asomado a las profundas simas
    de la tierra y del cielo
    y les he visto el fin con los ojos
    o con el pensamiento.

    Mas, ¡ay! de un corazón llegué al abismo,
    y me incliné por verlo,
    y mi alma y mis ojos se turbaron:
    ¡tan hondo era y tan negro!


    ...
  • Como se arranca el hierro de una herida
    su amor de las entrañas me arranqué,
    aunque sentí al hacerlo que la vida
    me arrancaba con él.

    Del altar que le alcé en el alma mía
    la voluntad su imagen arrojó,
    y la luz de la fe que en ella ardía
    ante el ara desierta se apagó.

    Aún turbando en la noche el firme empeño
    viene en la idea su visión...

  • Alguna vez la encuentro por el mundo,
    y pasa junto a mí;
    y pasa sonriéndose, y yo digo:
    "¿Cómo puede reír?"

    Luego asoma a mi labio otra sonrisa,
    máscara del dolor,
    y entonces pienso: "¡Acaso ella se ríe,
    como me río yo!"


    ...
  • Lo que el salvaje que con torpe mano
    hace de un tronco a su capricho un dios,
    y luego ante su obra se arrodilla,
    eso hicimos tú y yo.

    Dimos formas reales a un fantasma,
    de la mente ridícula invención,
    y hecho el ídolo ya, sacrificamos
    en su altar nuestro amor.


    ...
  • De lo poco de vida que me resta
    diera con gusto los mejores años,
    por saber lo que a otros
    de mí has hablado.

    Y esta vida mortal... y de la eterna
    lo que me toque, si me toca algo,
    por saber lo que a solas
    de mí has pensado.


  • ...
  • Olas gigantes que os rompéis bramando
    en las playas desiertas y remotas,
    envuelto entre la sábana de espumas,
    ¡llevadme con vosotras!

    Ráfagas de huracán que arrebatáis
    del alto bosque las marchitas hojas,
    arrastrado en el ciego torbellino,
    ¡llevadme con vosotras!

    Nubes de tempestad que rompe el rayo
    y en fuego encienden las sangrientas...

  • Volverán las oscuras golondrinas
    en tu balcón sus nidos a colgar,
    y otra vez con el ala a sus cristales
    jugando llamarán.

    Pero aquellas que el vuelo refrenaban
    tu hermosura y mi dicha a contemplar,
    aquellas que aprendieron nuestros nombres,
    ésas... ¡no volverán!

    Volverán las tupidas madreselvas
    de tu jardín las tapias a escalar
    y...

  • Cuando volvemos las fugaces horas
    del pasado a evocar,
    temblando brilla en sus pestañas negras
    una lágrima pronta a resbalar.

    Y al fin resbala y cae como gota
    del rocío al pensar
    que cual hoy por ayer, por hoy mañana
    volveremos los dos a suspirar.


    ...