• I
    Es la tierra de Soria árida y fría.
    Por las colinas y las sierras calvas,
    verdes pradillos, cerros cenicientos,
    la primavera pasa,
    dejando entre las hierbas olorosas
    sus diminutas margaritas blancas.
    La tierra no revive, el campo sueña.
    Al empezar abril está nevada
    la espalda del Moncayo;
    el caminante lleva en su...