•   Besa la niebla de las madrugadas
            de mis balcones el cristal;
     solfea el reló cinco campanadas
           como un arpegio digital.

      ¡Silencio matinal! Nada me turbe
           salvo el ronco rodar de un coche
     o un alegre cantar de gallos de urbe
           dando extremaunción a la noche.

      Leo en sartas de letras pequeñitas,
            con...