La rosa de Citeres,
primicia del verano,
delicia de los dioses
y adorno de los campos,
objeto del deseo
de las bellas, del llanto
del Alba feliz hija,
del dulce Amor cuidado,
¡oh, cuán atrás se queda
si necio la comparo
en púrpura y fragancia,
Dorila, con tus labios!,
ora el virginal seno
al soplo...