• ¡Ay! que ya el alma conoce,
    por manifiestos indicios,
    que pronto el último sueño
    dormiré en el mármol frío;
    que, aunque del sabio piadoso,
    cual tierno padre solícito,
    aún no me lo dijo el labio,
    el rostro ya me lo dijo.
    En vano tal vez procura
    hacer con engaño pío
    que dé a la dulce esperanza
    en el corazón abrigo:
    que sus...