• Bajan sobre mis dolores
    tus palabras de consuelo,
    como el rocío del cielo
    sobre las marchitas flores.
    Y mis tormentos suaviza
    tu plática consolante,
    como adormece al infante
    el canto de la nodriza.
    ¡Ah! no calle todavía
    tu süave voz piadosa,
    que en blando sueño reposa
    al oírte el alma mía.
    En dormida mar serena
    ir me...