• Yo escucho los cantos
    de viejas cadencias,
    que los niños cantan
    cuando en coro juegan,
    y vierten en coro
    sus almas que sueñan,
    cual vierten sus aguas
    las fuentes de piedra:
    con monotonías
    de risas eternas,
    que no son alegres,
    con lágrimas viejas,
    que no son amargas
    y dicen tristezas,
    tristezas de amores...