• De mi suerte las iras
    seguir me niegan el vivir quieto
    que tus hermosas liras
    me pintan, y secreto
    es de mis ansias perennal objeto.
    ¡Cuánta ventura goza
    el morador de solitaria aldea!
    En su pajiza choza
    nada extraña o desea,
    ni hay verdadero bien que no posea.
    Con el alba serena,
    de las aves al cántico, madruga
    a la usada...