• De no hallar en mis amores
    el número de mi mesa
    sabe Dios cuánto me pesa.

    Cuéstame hartos desvelos
    celos bastardos, mal nacidos celos.

    No soy carne ni pescado,
    y aunque mi sazón es corta
    sé muy bien lo que me importa.

    Mi gusto aprendió en Toscana,
    pues hallo el arte de amar
    en el tropo variar.

    Peor que el diablo soy si me...