¡Oh belleza! alto don, rico tesoro,
Precioso bien a la mujer guardado,
Con más vehemencia ansiado
Que el diamante oriental, y más que el oro;
¿Quién te dio ese poder? ¿De quién hubiste
La magia celestial? En donde quiera
Que muestres esa lumbre
Por siempre vencedora,
Reinar y avasallar como señora,
Rendir y embelesar es tu costumbre....