• Yo soy el coraquenque ciego
    que mira por la lente de una llaga,
    y que atado está al Globo,
    como a un huaco estupendo que girara.

    Yo soy el llama, a quien tan sólo alcanza
    la necedad hostil a trasquilar
    volutas de clarín,
    volutas de clarín brillantes de asco
    y bronceadas de un viejo yaraví.

    Soy el pichón de cóndor desplumado
    por...