• El corazón se me fue
    donde vuestro vulto vi,
    e luego vos conocí
    al punto que vos miré;

    que no pudo facer tanto,
    por mucho que vos cubriese
    aquel vuestro negro manto,
    que no vos reconosciese.

    Que debajo se mostraba
    vuestra gracia y gentil aire,
    y el cubrir con buen donaire
    todo lo manifestaba;

    así que con mis enojos...

  • Estando no descuidado
    del rebato venidero,
    mas a guisa de guerrero
    siempre medio salteado,
    oí tocar atabales,
    tamboriles e trompetas;
    a la hora mis secretas
    pasiones muy desiguales
    miedos me ponen mortales.

    Con una grand turbación
    de los sones tanto fieros,
    que los daños venideros,
    temelos el coraçón,
    a grand priesa...