• En mi memoria estás mansión querida,
    con signos indelebles señalada,
    tú que alargas las horas de una vida
    al rigor de un suplicio destinada.

    Mientras furioso a la venganza aspira
    el déspota en frenético ardimiento,
    dulcemente mi pecho aquí respira
    tu ambiente puro, de cuidado exento.

    Me detienes seguro meditando
    desde el tranquilo y...

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    Giove dal cielo intese
    ...