• La tribu profética, de pupilas ardientes
    Ayer se ha puesto en marcha, cargando sus pequeños
    Sobre sus espaldas, o entregando a sus fieros apetitos
    El tesoro siempre listo de sus senos pendientes.

    Los hombres van a pie bajo sus armas lucientes
    A lo largo de los carromatos, donde los suyos se acurrucan,
    Paseando por el cielo sus ojos apesadumbrados
    Por...

  • En los tiempos maravillosos en que la Teología
    Florecía con la máxima savia y energía,
    Se cuenta que un día un doctor de los más grandes,
    —Luego de haber forzado los corazones indiferentes;
    Y haberlos conmovido en sus profundidades negras;
    Después de haber franqueado hacia las celestes glorias
    Caminos singulares para él mismo ignorados,
    Donde sólo los...

  • Se diría tu mirar por un vapor cubierto;
    Tu pupila misteriosa (¿es azul, gris o verde?)
    Alternativamente tierna, soñadora, cruel,
    Refleja la indolencia y la palidez del cielo.

    Tú recuerdas esos días blancos, tibios y velados,
    Que hacen fundirse en lágrimas los corazones hechizados,
    Cuando, agitados por un mal desconocido que los tuerce,
    Los nervios...

  • Con su vestimenta ondulante y nacarada,
    Hasta cuando camina, se creería que ella danza,
    Como esas largas serpientes que los juglares sagrados
    En el extremo de sus bastones agitan con cadencia.

    Como las arenas sombrías y el azur de los desiertos,
    Insensibles ambos al humano sufrimiento,
    Como las prolongadas redes de las olas de los mares,
    Ella se...

  • Una vez, una sola, amable y dulce mujer,
    En mi brazo tu brazo pulido
    Se apoyó (sobre el fondo tenebroso de mi alma
    Este recuerdo no ha palidecido);

    Era tarde; cual una medalla nueva
    La luna llena se mostraba,
    Y la solemnidad de la noche, como un río,
    Sobre París durmiente corría.

    Y a lo largo de las casas, bajo las puertas cocheras,
    Los...

  • La Natura es un templo donde vividos pilares
    Dejan, a veces, brotar confusas palabras;
    El hombre pasa a través de bosques de símbolos
    que lo observan con miradas familiares.

    Como prolongados ecos que de lejos se confunden
    En una tenebrosa y profunda unidad,
    Vasta como la noche y como la claridad,
    Los perfumes, los colores y los sonidos se responden....

  • He aquí la noche encantadora, amiga del criminal;
    Llega como un cómplice, a paso de lobo; el cielo
    Se cierra lentamente cual una gran alcoba,
    Y el hombre impaciente se cambia en bestia salvaje.

    ¡Oh noche!, amable noche, deseada por aquel
    Cuyos brazos, sin mentir, pueden decir: ¡Hoy
    Hemos trabajado! — Es la noche la que alivia
    Los espíritus que devora...

  • Conocí a una tal Benedicta, que llenaba la atmósfera de ideal y cuyos ojos derramaban deseo de grandeza, de hermosura, de gloria, de todo lo que lleva a creer en la inmortalidad.

    Pero la milagrosa muchacha era bella en demasía para vivir mucho tiempo; así, murió algunos días después de haberla conocido yo, y yo mismo la enterré, un día en que la primavera agitaba su incensario hasta los...

  • Para Ernesto Christophe

    Como un viviente, arrogante de su noble estatura,
    Con su gran ramillete, su pañuelo y sus guantes,
    Ella tiene la indolencia y la desenvoltura
    De una coqueta flaca de porte extravagante.

    ¿Se vio alguna vez en el baile un talle más delgado?
    Su...

  • Imploro tu piedad, Tú, el único que yo amo,
    Desde el fondo del abismo oscuro donde mi corazón ha caído.

    Es un universo triste de horizonte plúmbeo,
    Donde flotan en la noche el horror y la blasfemia;

    Un sol sin calor se cierne por encima seis meses,
    Y los otros seis la noche cubre la tierra;
    Es un lugar más desnudo que la tierra polar;
    — ¡Ni bestias,...