• Juntos los dos reímos cierto día...
    ¡Ay, y reímos tanto
    que toda aquella risa bulliciosa
    se tornó pronto en llanto!

    Después juntos los dos alguna noche,
    lloramos mucho, tanto,
    que quedó como huella de las lágrimas...
    un misterioso encanto!

    Nacen hondos suspiros de la orgía
    entre las copas cálidas
    y en el agua salobre de...