• Maldiciendo su destino
    como Glauco, el dios marino,
    mira, turbia la pupila
    de llanto, el mar, que le debe su blanca virgen Scyla.
    Él sabe que un Dios más fuerte
    con la sustancia inmortal está jugando a la muerte,
    cual niño bárbaro. Él piensa
    que ha de caer como rama que sobre las aguas flota,
    antes de perderse, gota
    de mar, en la mar...

  • Si yo fuera un poeta
    galante, cantaría
    a vuestros ojos un cantar tan puro
    como en el mármol blanco el agua limpia.
    Y en una estrofa de agua
    todo el cantar sería:
    “Ya sé que no responden a mis ojos,
    que ven y no preguntan cuando miran,
    los vuestros claros, vuestros ojos tienen
    la buena luz tranquila,
    la buena luz del mundo en...