• En la ciudad alegre y renombrada

    que riega, saltarín, Guadalmedina,

    empezó a padecer de mal de orina

    una recién casada

    de edad de veinte años,

    a quien vinieron semejantes daños

    de que su viejo esposo

    setentón lujurioso,

    por más esfuerzos que a su lado hacía

    y con sus refregones la impelía

    al conyugal recreo,

    jamás...