A la señora de Leopoldo Lugones
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Madame Lugones, J'ai commencé ces vers
en écoutant la voix d'un carillon d' Anvers...
¡Así empecé, en francés, pensando en Rodenbach
cuando hice hacia el Brasil...
A la señora de Leopoldo Lugones
Madame Lugones, J'ai commencé ces vers
en écoutant la voix d'un carillon d' Anvers...
¡Así empecé, en francés, pensando en Rodenbach
cuando hice hacia el Brasil...
Era un aire suave, de pausados giros;
El hada Harmonía ritmaba sus vuelos;
E iban frases vagas y tenues suspiros
Entre los sollozos de los violoncelos.
...
La tigre de Bengala,
Con su lustrosa piel manchada a trechos,
Está alegre y gentil, está de gala.
Salta de los repechos
De un ribazo, al tupido
Carrizal de un bambú; luego, a la roca
Que se yergue a la entrada de su gruta.
Allí lanza un rugido,
Se agita como loca
Y eriza de placer su piel hirsuta.
La fiera virgen ama.
Es el mes...
Saluda al sol, araña, no seas rencorosa.
Da tus gracias a Dios, ¡oh, sapo!, pues que eres.
El peludo cangrejo tiene espinas de rosa
y los moluscos reminiscencias de mujeres.
Sabed ser lo que sois, enigmas siendo formas;
dejad la responsabilidad a las Normas,
que a su vez la enviarán al Todopoderoso…
(Toca, grillo, a la luz de la luna, y dance el oso...
CABE una fresca viña de corinto
Que verde techo presta al simulacro
Del Dios viril, que artífice de Atenas
En intacto pentélico labrara,
Un día alegre, al deslumhrar el mundo
La harmonía...
Gaita galaica, sabes cantar
lo que profundo y dulce nos es.
Dices de amor, y dices después
de un amargor como el de la mar.
Canta. Es el tiempo. Haremos danzar
al fino verso de rítmicos pies.
Ya nos lo dijo el Eclesiastés:
tiempo hay de todo: hay tiempo de amar,
tiempo de ganar, tiempo de perder,
tiempo de plantar, tiempo de coger,
...
Como era el instante, dígalo la musa
Que las dichas trae, que las penas lleva:
La tristeza pasa, velada y confusa;
La alegría, rosas y azahares nieva.
...
HELENA!
La anuncia el blancor de un cisne.
¡Makheda!
La anuncia un pavo real.
¡Ifigenia, Eiectra, Catalina!
Anúncialas un...
Noche. Este viento vagabundo lleva
Las alas entumidas
Y heladas. El gran Andes
Yergue al inmenso azul su blanca cima.
La nieve cae en copos,
Sus rosas transparentes cristaliza,
En la ciudad, los delicados hombros
Y gargantas se abrigan;
Ruedan y van los coches,
Suenan alegres pianos, el gas brilla;
Y, si no hay un fogón que le...
Ya de un corintio templo cincela una metopa,
Ya de un morisco alcázar el capitel sutil;
Ya, como Benvenuto, del oro de una copa
Forma un joyel artístico, prodigio del buril.
Pinta las dulces Gracias, o la desnuda Europa,
En el pulido borde de un vaso de marfil,
O a Diana, diosa virgen de desceñida ropa,
Con aire cinegético, o en grupo pastoril.