A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal...
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Crece en la plaza en sombra |
En medio de la plaza y sobre tosca piedra, |
La plaza y los naranjos encendidos |