Dulce memoria de la prenda mía
tan grata un tiempo como triste ahora,
áureo cabello, misterioso nudo
Ven a mi labio.
¡Ay! ven, y enjugue su fervor el llanto
en que tus hebras inundó mi hermosa,
cuando te daba al infeliz Fileno
mísero amante.
Lágrimas dulces, de mi amor consuelo,
decidme siempre que mi Lesbia es firme;
decid que...