• Es la hora de misterio en que el labriego
    al resonar del Ángelus el toque
    adiós que dice al moribundo día,
    la campanada bronca,
    en su casita blanca, a lento paso
    humilde se recoge.
    Es la hora en que las nubes del poniente
    de fuego orlan las tardes,
    en que el sol de los muertos ilumina
    los prados y los bosques...