• -¿Por qué te miro así tan abatida,
    pobre flor?
    ¿En dónde están las galas de tu vida
    y el color?
    Díme, ¿por qué tan triste te consumes,
    dulce bien?
    ¿Quién?, ¡el delirio devorante y loco
    de un amor,
    que me fue consumiendo poco a poco
    de dolor!
    Porque amando con toda la ternura
    de la fe
    a mí no quiso amarme la criatura
    ...