• Hacia un ocaso radiante
    caminaba el sol de estío,
    y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante,
    tras de los álamos verdes de las márgenes del río.
    Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera
    de la cigarra cantora, el monorritmo jovial,
    entre metal y madera,
    que es la canción estival.
    En una huerta sombría,
    giraban los...