• Este hombre del casino provinciano
    que vio a Carancha recibir un día,
    tiene mustia la tez, el pelo cano,
    ojos velados de melancolía;
    bajo el bigote gris, labios de hastío,
    y una triste expresión que no es tristeza,
    sino algo más o menos: el vacío
    del mundo en la oquedad de su cabeza.
    Aun luce de corinto terciopelo
    chaqueta y pantalón...

  • La España de charanga y pandereta,
    cerrado y sacristía,
    devota de Frascuelo y de María,
    de espíritu burlón y de alma quieta,
    ha de tener su mármol y su día,
    su inefable mañana y su poeta.
    El vano ayer engendrará un mañana
    vacío y ¡por ventura! pasajero.
    Serán un joven lechuzo y tarambana,
    un sayón con hechuras de bolero:
    a la moda...